9.- Ahora bien, esta enseñanza, este propósito, este camino, esta revelación, este Orden… es una Dispensación. Porque no descubrimos nosotros este modo de llegar a tan alta meta, sino que nos fue mostrado, transmitido -y conducido- por los Medios de Dios. Es una ‘Dispensación’ porque ha sido el Reino quién ha Dispensado sobre unos pocos que hemos aceptado en humildad y obediencia este andar. No buscábamos a Cristo: Él nos tomó. No conocíamos a la Madre Sabiduría: Ella nos cobijó. No entendíamos la meta del Padre: Él nos abrió su Voluntad. Luego hemos cumplido con esa Voluntad: poner por Obra el designio señalado… ‘Consagrar Creyentes’.

Una Dispensación es un acto Soberano de Dios para recomponer Su Orden a y en los Hombres. Y Dios no actúa según parangones humanos, o de acuerdo a la correlación de fuerzas de poder en este mundo. Al más humilde elige, a lo más alejado, y de Uno hace que un Camino logre la Santidad de muchos. Los modos de Dios deben ser entendidos y aceptados con Fe y con Conciencia Espiritual. Porque la religión la hacen los Hombres: mas, una Dispensación la hace Dios para que los Hombres concuerden con el Plan de la Creación.

10.- Pensemos: sin el Hecho de los Tres Días durante la muerte física de Jesús y los Hechos que Cristo Dios realizó en el centro del Principado de este mundo… no estaríamos en grado de elevarnos, ni habría posibilidad alguna de alcanzar las alturas, aquí descritas en parte. Y es Gracias a los Hechos de los Tres Días… en que Cristo cambia y revoluciona el sistema que encarcelaba al Hombre y lo Salva del ciclo malévolo que lo ataba a un tipo de gobierno exclusivo del Alma, y libera al Espíritu, y abre Los Cielos (plan de inmortalidad) y se coloca a Si Mismo cuán Dios Conductor… es que hoy podemos hablar de lograr estos altos propósitos espirituales. Sin los Hechos de los Tres Días de Cambio y Liberación que el Cristo Victorioso ejecutó Por Gracia, nada de esto sería posible. Es cierto, hemos vivido por siglos engrillados por las interpretaciones del Hombre de este Mundo, y aún hoy somos carne fresca para la lucha entre creencias y cultos que litigan al Hombre como presa para su manada de lobos. Justamente por lo mismo es que una Dispensación no viene del Hombre, ni nace ligada a las formas del mundo, ni sigue el orden de los poderosos de las religiones: una Dispensación es la Ley de Dios para afirmar la Ley de la Creación… y eso sucede cuando el Hombre está a punto de perderse y caer en el más abyecto de los abismos.

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